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Thursday, May 13, 2010

Con música de fondo, como una vieja película en blanco y negro...

Al borde de la ciclovía quedé suspendida y tambaleante. Eso lo supe después, cuando el culpable del hecho se bajó como un bólido preguntándome si estaba bien. Antes de eso pude escuchar, luego de un silencio atronador, la música de fondo, me sentí por un momento como la protagonista de una vieja películas en blanco y negro, sin calificativos de ninguna especie. Poco a poco el color volvió cuando el joven y el viejo, como machos recios se preocupaban de la frágil doncella -léase, yo- que continuaba asida al manubrio y con el pie metido en el pedal de freno. Lo noté porque al querer bajar, luego de sacarme el cinturón, jurando y perjurando que me había pegado en el manubrio, pues estaba absolutamente sin aire y con un dolor terrible en el pecho. Lo noté porque el auto quiso continuar avanzando, me dijeron que pusiera el freno de mano, porque estaba completamente aturdida. No lloré hasta una hora después, ni siquiera llamé a mi familia. Pero sí llamé a alguien, a la señora Lorena, la mamá del niñito al que tenía que ir a hacer clases más tarde, avisándole que no podría porque había tenido un pequeñito, imperceptible accidente en mi auto.

Wednesday, May 05, 2010

El accidente

Es una fecha que nunca olvidaré. El 12 de febrero fui a ver a mi amiga Paty. Una persona muy importante en mi vida. Fuimos compañeras en el liceo y en realdad nunca fuimos amigas. Hace muchos años supe que estaba enferma, pero nunca dimensioné la magnitud de su dolencia: insuficiencia renal terminal. En realidad no sabía que era eso, sabía que tenía problemas en los riñones pero no estábamos en contacto y como no éramos amigas no hice nada por acercarme y solidarizar. Me siento profundamente arrepentida porque ella es una grandiosa persona, es un regalo para todos los que la conocemos. Lleva 10 años luchando contra la enfermedad y disfrutando cada día de vida que Dios le da para ver crecer a su hijo. No es necesario señalar que sus días no siempre son soledados, a veces son lluviosos y tormentos, llenos de dolor.
Ese día fui a verla porque el sábado anterior no la vi muy bien, llevé a Carmencita a verla, ella venía del norte a ver a todo el lote de reencontradas ex-compañeras, pero Paty no fue. Cuando iba de regreso a mi casita ocurrió el desastre...
Cualquiera que me vio en los días posteriores o me leyó por internet pensó que había sido algo así como un "toponcito" que seguramente me di de bocabierta. Ahora lo digo con todas sus letras fue un choque con todas sus letras.
Iba yo saliendo de San Fernando, había pasado el puente antivero y a mi costado derecho se aproximaba una salida lateral, un camino llamado La Troya, donde hay un disco PARE para los que vienen de ese sector y quieren ingresar a la carretera por donde yo venía tranquilamente a unos 60 o 70 kilómetros por hora. Veo una camioneta gris parada en el cruce y sigo sin alterar mi normal desplazamiento, cuando de pronto este tipo inicia la marcha y se tira a la carretera, se atraviesa... Chucha, frené lo más que pude, esa fue mi única y afortunada maniobra, y de pronto el sonido de latas, espantoso, sentirme como una sardina en una lata, absolutamente sola y vulnerable, pero no había sido todo, nooooo, de norte a sur viajaba otra camioneta que impactó a la que se me había atravesado y un nuevo golpe sufrió mi autito en la parte trasera. La camioneta gris me había arrastrado hasta el otro lado de la carretera y el nuevo impulto por el "tercer involucrado" vino a dejarnos a todos en el borde de la ciclovía.

Tuesday, May 04, 2010

Verano inolvidable.

Mi verano itineró entre el campo y la ciudad, de aquí para allá, de allá para aquí.
No puse mucho empeño en buscar un nuevo trabajo, lugo de perder lo que yo consideraba mi hogar, pues pensaba que la primera semana de marzo era cuando se generaban los nuevos puestos de empleo. Y por qué pensaba eso? Es sencillo. Los meses de verano los profesores no trabajamos y recibimos el sueldo igual. Los profesores que dejan sus puestos porque se cambian -por la razón que sea- no renuncian en diciembre para no perder esos dos meses de trabajo, y debo decir que son meses muy necesarios para reponerse del largo año de trabajo. No es fácil hacer de transmisor de conocimientos, de valores, psicólogos infantiles y juveniles y a veces de apoderados, terapeutas familiares, confidentes de varios, icluyendo a los propios colegas, gendarme -hay que vigilar que los "niños" no compien ni se arranquen des establecimiento-, jueces y verdugos, enfermeros, guía scout, asesor de grupos varios, servidor de los compañeros cuando hay que asumir comisiones de servicio, motivador, alegre siempre, simpático hasta la inconsciencia y generador de aprendizajes significativos... eso sin mencionar planificador y otras menudencias similares.
En eso estaba, olvidando toda esta carga emotiva y mental cuando tuve un accidente automolístico.

Sunday, May 02, 2010

Los dos últimos días


Cuando uno añora estar en otro lado, las pequeñas cosas se hacen una carga insostenible. Estuve 6 años en el colegio, un lugar que me hacía sentir como en mi hogar. Con el tiempo descubrí que eso era una pálida impresión. A pesar de que amaba trabajar ahí, no por el edificio, ni por mis colegas, ni tampoco, debo decirlo, por las monjitas, mi disfrute se remitía a mis alumnas, unas niñas con las que vivía constantes experiencias de aprendizaje cognitivo como humano. Unas alumnas a las que admiraba y para las que añoraba los mejores éxitos.
Pasé mucho tiempo queriendo irme del colegio, pero me quedaba, otro años, el último año, un año más... No eran deseos de irme por irme, sino porque quería estudiar más, hacer un magister, crecer académicamente. Además, sentía que ganaba poco que de 100 ganaba 70 y vaya que me faltaban los otros 30. En fin, además me pedían tanto para tan poco que recibía en términos económicos... y me quedaba otro años. Llegué a desear que me echaran.
Cuidado con lo que deseas, porque se puede cumplir... lo dije muchas veces y tenía razón como en tantas cosas. Nunca me he considerado dueña de la verdad, pero dolorosamente tengo mucha razón en mis apreciaciones, quisiera no tenerla, incluso muchas veces finjo no pensar absolutamente nada sobre algunos hechos de la vida.
El 30 de diciembre, el último día de trabajo, cuando nos preparábamos para ir a una deliciosa tarde de asado y piscina con los colegas fui a mi entrevista con la directora, la que rápidamente me informó, de manera florida que no me querían más en el colegio. Me dieron la patada en el poto y pa' fuera. Me dijo que yo era excelente que querían que volara, que floreciera, pero que en el cole me había estancado, eso entre varios de mis defectos. Las palabras bonitas no sirvieron para evitar la lluvia, tormenta que se derramaba de mis ojos. Pero era lo que yo quería, y se me cumplió. Me consolé pensando en la indemnización pues necesitaba mucha plata para solucionar algunos problema económicos, hoy se que la plata es más etérea que el agua o la neblina.
Dignamente fui al asado, comí rico y me bañé cual sirena quinceañera.
No faltaron los idiotas que me dieron un montón de consejos y sermones forzados. Sus palabras, hipócritas y pseudosabias, no me interesaban en lo más mínimo porque ellos no me interesaban en lo absoluto. Vayanse a la mierda con sus caras tristes y solidarias.
O sea, mi año nuevo fue bien "penca".

Saturday, May 01, 2010

UFFF, por donde empezar...


Tanto ha sucedido, que es realmente difícil comenzar, imaginando que esto puede transformarse en mi vitácora de viaje.
Se imaginan cómo se siente terminar el año triste. Muchos dirán que lo han vivido muchas veces, debe ser verdad. Todos pasamos momentos tristes en cualquier época del año. Pero la finalización de mi 2009 fue bien, bien triste, lo que sólo era un augurio de lo que vendría más adelante, muchas lágrimas, miedos, terrores y desastres. Aunque claro tarde o temprano amanece y para mí no fue la excepción; el sol brilla nuevamente y me siento capaz de recordar y analizar todo lo vivido en los últimos 4 meses.
Tengo que decir que el 2009 me pareció un año particularmente negro. Ahora pienso que la tierra, que tanto nos remeciera el 27 de febrero, estaba ya liberando una energía negativa que nos anduvo trayendo estresados, agresivos y confundidos durante todo el 2009. Era un aviso que no supimos ver en su momento. A mi favor tengo que informar que como el mejor de los adivinadores, profetas, y chamullentos varios, también yo hice mi anuncio fatal.
- Niñas, -les dije a mis queridas alumnas de más de un curso- prepárense que pronto viene un terremoto. Ustedes saben que vivimos en un país sísmico, donde esta clase de enventos acontecen de cuando en cuando, ustedes no saben lo que es un terremoto, así es que prepárense, estén alertas, porque si no es este año -por el 2009- será el próximo.